Posiblemente ya te ha pasado alguna vez.
Compras un videojuego, le quitas el pĺastico, lo abres, lo pruebas y no te gusta.
Entonces te cagas en la industria que hizo semejante bodrio y lo vende sin mayor vergüenza por una cantidad de dinero insultante.
O algo así.
Vuelves al centro comercial a devolverlo y te sueltan el rollo de que como ya lo has abierto y/o le has quitado el precinto no admiten la devolución.
En un arranque de "generosidad", como mucho, acceden a cambiártelo por otro exactamente igual (mismo título).
Llegados a ese punto, oh, maravilla: caso resuelto.
Pim Pam, ¡toma Lacasitos!
De nada, a mandar.
Compras un videojuego, le quitas el pĺastico, lo abres, lo pruebas y no te gusta.
Entonces te cagas en la industria que hizo semejante bodrio y lo vende sin mayor vergüenza por una cantidad de dinero insultante.
O algo así.
Vuelves al centro comercial a devolverlo y te sueltan el rollo de que como ya lo has abierto y/o le has quitado el precinto no admiten la devolución.
En un arranque de "generosidad", como mucho, acceden a cambiártelo por otro exactamente igual (mismo título).
Llegados a ese punto, oh, maravilla: caso resuelto.
Pim Pam, ¡toma Lacasitos!
De nada, a mandar.
1 comentario:
cojonudo!!!
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